Y tu, ¿Qué harás?
''Después de Aod vino Samgar, hijo de Anat, el cual hirió a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.'' Jueces 3:31
Jueces es un libro que nos muestra las luchas del pueblo de Israel a causa de su desobediencia y nos enseña cómo Jehová proveía de un Juez o libertador el cual iba en nombre suyo a libertar al pueblo de la esclavitud.
Aunque no se le da el título de Juez o se le ve en la cronología de los jueces como tal, la Biblia nos muestra como Samgar, hijo de Anat, se enfrenta contra los Filisteos y con una simple aguijada hiere a seiscientos de ellos. Al ver esto me llamo la atención e investigando encontré que ''una aguijada de bueyes era un Instrumento usado para controlar el buey cuando araba; tenía un clavo en un extremo y una hoja cortante en el otro y medía de 2 a 3M de largo.''
Pero aquí lo sorprendente no es que lograra matar todas estas personas con un simple instrumento para arar bueyes, sino ver como una persona cuando es enviada por Dios puede usar lo que para el mundo es pequeño o insignificante y así lograr el propósito al cual fue enviado. Vemos como Samgar no se fijó cuántas personas eran, él simplemente fue y defendió su pueblo y su tierra de aquellos que querían hacerle mal. Si Samgar se hubiese puesto a ver su circunstancia, quien era él, de qué familia venía o las cosas que tenía, creo que no hubiese ido confiado en que Jehová lo ayudaría.
La sociedad de hoy necesita más personas como Samgar que se levanten en este tiempo y luchen por salvar cada una de las personas que el pecado esta destruyendo y atrapando, así como los filisteos iban haciendo con todo el pueblo. Por tal razón debemos entender que por más pequeños que se vean nuestros recursos, debemos ponerlos en manos de Dios y creer que nos ayudará a cumplir Su propósito; cada uno de nosotros tiene su aguijada la cual Dios nos entregó para combatir las fuerzas del maligno (La Oración, la palabra, su Espíritu) y traer libertad a los que están atrapados en el pecado. Seamos valientes y confiemos en Dios va de nuestro lado.
Por: Noel Ciprian.
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