Una milla más
Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Hebreos 12:1
Luego de que leemos y nos empapamos de un capítulo como Hebreos 11, nos podemos dar cuenta de lo tanto que tuvieron que pasar esos grandes héroes de la fe para poder cumplir con ese llamado que el Señor les encomendó, a veces pienso que no sería nada fácil salir en pos de una promesa sin ver nada como en el caso de Abram, o salir al desierto con un pueblo enorme solo porque escuchaste una voz que te dijo ve que yo estaré contigo. Pero cada una de esas personas tenía algo en común que los llenaba de aliento, y era ese deseo de ir una milla más lejos por cumplir con el llamado de Dios, era ese deseo fuerte de cumplir y caminar en pos de aquel que los llamó.
Por eso el escritor de Hebreos introduce el capítulo siguiente con esta gran declaración, que nos da a entender el gran compromiso que tenemos como representantes de Cristo y seguidores de Su Palabra, nos dice que al tener a nuestro alrededor tantos testigos y personas que nos observan debemos despojarnos de todas esas cosas que nos causan molestia, dejar a un lado nuestras dudas, penas y temores porque si intentamos correr esta carrera de la fe con ese pesado equipaje no podremos salir a camino, también que debemos dejar atrás el pecado y mantener una vida recta delante del Señor, tratando de correr sin mirar atrás y poner nuestra mirada en Jesús como nuestra meta.
Debemos entender que esta carrera demandará mucho de nosotros, esto no se trata solo de correr, sino de creer en Dios y depender cada día más de Él para mantenernos firmes, todo esto lo podemos ver en vidas como la de Pablo, Pedro y cada uno de los discípulos quienes mantuvieron su fe en aquel que un día les dijo que era el Hijo De Dios, cada una de estas personas dejaron todo y decidieron salir y dar una milla más para llevar el evangelio que les fue entregado en sus manos.
Y tú que me estás leyendo, sé que quiza debes estar cansado, agotado o quizá tus fuerzas y anhelos de seguir adelante se han terminado o menguado. El terreno no ha sido fácil, mientras más avanzas más escabroso y dificultoso se vuelve tu andar y tus piernas fácilmente se han llegado a maltratar.
Pero mantente tranquilo, soporta un poco más y mantén el paso, nadie dijo que sería fácil pero ya decidiste empezar y no creas que a estas alturas vas a abandonar. Así que lucha, corre, sécate el sudor y las lágrimas. Es hora de enfrentar esta carrera con más fuerza y luchar hasta que veamos al final aquella meta.
Ven, toma un poco de Filipenses 4:13, creo que te hará bien tomarlo en este momento y sigue adelante... avancemos una milla más.
Por: Noel Ciprian.