Un día a la vez
''Lo mejor sobre el futuro es que viene un día a la vez'' -Abraham Lincoln.
Recientemente leyendo un libro de Joyce Meyer titulado 'Fe inquebrantable', leí algo que, si bien nosotros como cristianos sabemos, solemos pasar por alto con facilidad, y es que la fe es un sustantivo y el confiar un verbo. Todos, al aceptar a Jesús como único y suficiente Salvador, recibimos una medida de fe, pero de nosotros depende el ponerla o no en acción y a su vez hacer que ésta crezca. Pero, ¿cómo podemos hacer esto? sería muy fácil iniciar mi respuesta diciendo: ¡sencillo!, pero no es así, el desarrollo de la fe es algo que se debe cultivar con conciencia y constancia.
Empezaremos por algo básico: Mateo 6:34 'Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.' Desarrollar nuestra fe y por ende, nuestra confianza en Dios es algo del día a día, cuando escatimamos el presente y nos dejamos agobiar y frustrar con preguntas como ¿qué me depara el futuro? somos sumidos en la preocupación, es más, me atrevería a decir que hasta dejamos de vivir si nuestros pensamientos van siempre orientados a ello, por tal razón Dios nos manda a dejar el afán de mañana para mañana y enfocarnos en el presente.
Otra forma de desarrollar nuestra fe a tal punto de convertirla en confianza es aprovechar los momentos en donde el temor quiera invadirnos y declarar en nuestras vidas: 'En el día que temo, Yo en ti confío.' Salmo 56:3. Si hoy estás pasando por situaciones donde el temor quiere apoderarse de ti, pon tu confianza en el Señor y permítete descansar en Él, confiar en Dios siempre traerá buenos resultados. Contrario a esto, cuando quitamos nuestra confianza de Él y la ponemos en nosotros mismos, añadimos una carga que no podemos llevar, pues al no conocer el futuro ni lo que este trae consigo, estamos expuestos vivir dando tumbos, agotar nuestras fuerzas y fracasar. 'El que confía en su propio corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría será librado.' Prv 28:26.
Es por eso querido lector, aunque a veces las cosas se tornan difíciles, tenemos como póliza de seguro descansar en los brazos de nuestro Señor (Slm 91:1). No permitas que los afanes y el temor te invadan, comienza hoy creyendo que Dios está en control de tu vida y repite esta práctica hasta el fin de tus días, siempre un día a la vez.
Por: Crismeli De Jesús.