Bajo ataque
Antes de empezar a leer, te advierto querido lector, que, más que un devocional, esto es un grito desesperado que eleva mi alma con tantas cosas que suceden, y a la vez hablo desde la impotencia que siente mi corazón al ver lo que acontece. Solo me queda orar.
El enemigo está operando, cazando y matando, y disculpa si soy brusca, pero es la verdad, estamos en medio de una guerra donde, si no abrimos los ojos espirituales, la gran mayoría de nuestros jóvenes serán arrastrados al infierno por el enemigo. Lo que el enemigo ha hecho creer a muchos es que nada es nada, ya el pecado al parecer no tiene el mismo peso sobre el humano (gran mentira que muchos han creído), pero dice la Palabra en Proverbios 6:28 ¿Puede alguien caminar sobre las brasas sin quemarse los pies?
Parece ser que el nuevo deporte o lo que está de moda es jugar con el pecado, pruebo esto y lo otro, nos hemos vuelto catadores dando bocados a todo lo que el enemigo nos ha puesto en frente, sin dedicar un momento a pensar ¿estaría en juego la salvación de mi alma si doy paso a tal cosa en mi vida?, quizá uno que otro lo piensa, pero al final muchos ceden y se dejan envolver, pero, ¿Por qué sucede esto? Esta generación sumergida en el entretenimiento (que dicho sea de paso es un arma poderosa del enemigo), ha descuidado lo imprescindible en la vida del cristiano, no queremos orar, ayunar, estudiar la Palabra, ¿cómo pensamos prevalecer si no nos aferramos a aquello que nos mantiene vivos?
Disculpa las preguntas aquí expresadas sin respuesta, pero te pido joven que me lees, que te preguntes ¿qué tan importante es la salvación para mi? ¿me importa a dónde va a parar mi alma? ¿qué prefiero, ser libre en Cristo o esclavo de satanás? Si tu respuesta sincera, acompañada por tus acciones, va inclinada al pecado, clama a Dios Él te responderá, si al contrario, valoras el sacrificio de Jesús, cuida tu identidad como hijo de Dios, cuida tu alma, dale el valor que el evangelio tiene, (También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. Mt 15:45-46).
Te repito, abre los ojos espirituales y sé uno con el Espíritu de Dios para que puedas discernir qué te conviene y que no, y aunque el enemigo anda como león rugiente: ''Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman'' Santiago 1:12.
Por. Crismeli De Jesús
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