Mejor por completo
1 Reyes 11: 4 ''Cuando Salomón ya era anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara hacia otros dioses, pues no se había entregado por completo al Señor su Dios, como lo había hecho David, su padre.''
La inteligencia, las riquezas, el reconocimiento, la grandeza, entre otras cosas que los seres humanos buscamos en esta vida, se nos pueden entregar por Dios en abundancia. Cuando buscamos el Reino de Dios y su justicia es muy probable que el empecemos a ver “tarde o temprano” las añadiduras.
Salomón fue un vivo ejemplo de que cuando perseguimos lo correcto, Dios puede hacernos prosperar de maneras sorprendentes y entregarnos de sus riquezas. En 1 Reyes 3:9-13 Salomón pide al Señor sabiduría para gobernar de manera correcta al pueblo y el Señor en respuesta al desinterés de Salomón, le entrega TODO lo que Salomón no pidió. Dios estuvo dispuesto a entregarle más de lo que había pedido, pero él no estuvo dispuesto a entregar su corazón por completo.
La falta de entrega total hizo que al transcurrir el tiempo, Salomón comenzara a incurrir en prácticas que eran contrarias a la voluntad escrita del Señor como casarse con mujeres extranjeras incluyendo la hija de Faraón. Aunque su reino iba creciendo en esplendor, de la misma manera iban creciendo en contrariedad a los preceptos de Dios, hasta el punto en que fueron usadas con él las mismas palabras que habían sido usadas para hacer referencia a reyes malvados “sus hechos fueron malos ante los ojos del Señor”.
No importa cuánto esplendor tengamos en el presente, si nuestra vida no está completamente rendida al Señor, existe la posibilidad de que el brillo que se nos fue entregado en un momento por el Señor se convierta en tinieblas.
El reino de Salomón estuvo lleno de riquezas y fama, con buena estabilidad, se le entregó TODO incluyendo la oportunidad de construir un templo. Sin embargo, aquel quien fue recordado siglo tras siglo, reinado tras reinado según el relato bíblico como punto de referencia, fue aquel que se entregó por completo, su padre David.
Hay mayor ganancia y seguridad en entregarlo todo que en que todo se nos sea entregado.
Por: Sietze Attema.
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