Promesas

¿Cuántas han sido las veces que has prometido a Dios cosas que no has cumplido? Normalmente el ser humano piensa que puede hacer trueques con Dios, cuando queremos algo del Señor, prometemos cosas pensando que, a través de ello, moveremos a Dios a obrar conforme a nuestras peticiones (si mes das esto, oraré más, ayunaré más, iré a la iglesia o no volveré a cometer tal falta). Dice la Palabra de Dios en Eclesiastés 5:4-6 ''Cuando a Dios haces promesas, no tardes en cumplirla; porque Él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y que no prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?''

Hay promesas que, en momentos de desesperación hacemos y es imposible cumplirlas, por lo menos muchas de ellas no queremos llevarlas a cabo, exponiéndonos a pecar. Pero entonces te preguntarás ¿qué debemos hacer cuando queremos algo del Señor? En vez de tu prometer, como haciendo algún tipo de intercambio con Dios, pide conforme a las promesas que Dios ha depositado en Su Palabra. Dios es fiel y no hay Palabra suya que haya sido dicha en vano, y, aunque no veas el cumplimiento de algo, Él se encargará que tus generaciones disfruten de ello, o que contemples la plenitud de su Gloria cuando le veas cara a cara (Conforme a la fe murieron todos éstos (los héroes de la fe) sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra) Hebreos 11:13. 

No hay ni un solo registro en la Biblia ni fuera de ella que haga a Dios mentiroso, así que hoy te invito a confiar en Su fidelidad y amor. Cuando ponemos condiciones a nuestras oraciones, estamos demostrando la poca fe y confianza que tenemos en el Señor. Busca Sus promesas contenidas en Su Palabra y acércate confiadamente al trono de la Gracia, con fe, creyendo que hay respuesta para ti, verás como tu panorama cambia y tu fe es elevada. Confía en Sus promesas, deja a Dios ser Dios y tu refuerza tu identidad como hijo. 

Por: Crismeli De Jesús. 

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